Autoestima ¿Dónde estás?
La autoestima, ese concepto abstracto que tanto nos hace sufrir, no es ni más ni menos que la percepción que tenemos de nosotros mismos, desde nuestros rasgos físicos hasta nuestra forma de actuar y comportarnos. A primera vista sería tan fácil de darle una solución como la que a menudo nos indican las personas que nos quieren y se encuentran a nuestro alrededor, “tú lo que tienes que hacer es quererte un poco más, que no te valoras nada y tu vales mucho”. Esa frase que suena también en boca de otras personas y que, se define como frase de ayuda, suele convertirse en muchas ocasiones en un puñal directo a lo más profundo de nuestro ser.
Por IRENE PACHECO
Coach e Instructora de Meditación certificada
Pero, ¿Por qué ocurre esto?
Decía Buda, «Ni tus peores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos», el escuchar en boca de otras personas la temible frase, «tú lo que tienes que hacer es quererte un poco más que no te valoras nada y tú vales mucho» es darle la razón a nuestros propios pensamientos y entender en definitiva que somos lo que pensamos.
Una baja autoestima es una valoración negativa de nosotras mismas influenciada por los demás y que ha venido formándose a lo largo del tiempo. Un día no tienes una alta autoestima y al día siguiente te levantas con la autoestima por los suelos, es algo mucho más profundo que eso, es una creencia que hemos ido construyendo e interiorizando, muy a menudo de forma inconsciente, y en base a la cual nos comportamos y actuamos, decía Henry Ford: “Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón.”
«Si quieres superar tus inseguridades, debes ponerte a prueba y exponerte. Debes arriesgarte y contrastar las ideas infundadas o erróneas que tienes de ti mismo. Si haces de la evitación una costumbre, nunca sabrás valorarte». Walter Risso.
Por tanto, trabajar la autoestima supone trabajar desde un nivel profundo de autoconocimiento y reconciliación personal con uno mismo.
Algunos tips que pueden ayudarte a dar los primeros pasos en este camino de reconciliación personal:
- No esperes la aprobación de los demás ante cualquier cosa que hagas. Si tú crees que está bien así, lo estará. Recuerda, todos tenemos nuestra verdad en parte, lo que para mí puede ser perfecto no tiene por qué serlo para los demás. Entonces ¿cómo puede alguien decirme si tal o cual cosa es perfecta desde mi verdad en parte?
- Termina el día obligándote a decirte al menos una cosa de la que te sientas orgullosa de ti misma. No tienen que ser grandes cosas, por ejemplo. La cena que me he preparado hoy ha sido exquisita o me siento muy orgullosa de no haber entrado a discutir con X persona. Recuerda, siempre hay algo bueno en lo que poder fijarnos.
- Cada mañana al levantarte mírate en el espejo, sonríete a ti misma y date un abrazo. La primera regla del amor es quererse a uno mismo para querer a los demás. Ponlo en práctica.
- Por último, cuando sientas que recibes las críticas de seres queridos, (no tienen que ser de forma intencionada, pero sí de alguna manera te hacen sentirte mal) hazles saber que su actitud no te ayuda, hazles saber sobre tu vulnerabilidad y pídeles ayuda para despejar el camino hacia la búsqueda de tu autoestima. La mayoría de las veces nuestros seres queridos no son conscientes del daño que nos hacen.
Recuerda que el autoconocimiento no es un camino fácil y que existen profesionales que pueden acompañarte a lo largo de mismo ofreciéndote multitud de herramientas que pueden hacerlo más fácil. Soy coach profesional e instructora de meditación y mindfulness y mi pasión es la de acompañar a aquellas personas que desean mirar hacia dentro con el fin de mejorar y encontrar la mejor versión de sí mismas.
Recuerda, la clave está en ti. Si lo deseas y te apetece, puedes seguirme en redes para encontrar más tips que te ayudarán en tu camino o puedes contactarme directamente si tienes alguna pregunta:
Quizás también te interese:
5 razones por las que buscar un coach
Trabajar la Inteligencia Emocional con Mindfulness